En 1927 se realizó una convención
extraordinaria del Congreso del Psicoanálisis, debido a las discusiones por las
nuevas teorías propuestas por el Doctor Adler, que difieran de lo que proponía
Sigmund Freud, era la base del psicoanálisis.
Durante los últimos años se
habían presentado divergencias entre lo que creía Freud era la base del
psicoanálisis y las teorías nuevas que salían de parte de otros psicólogos. Sin
embargo, Freud conocido por su intolerancia y fuerte carácter había optado por
separar de la comunidad a los psicólogos que proponían teorías diferentes y
separar estas teorías de la Escuela del Psicoanálisis.
Freud dio inicio al congreso
hablando de la base fundamental de lo que es el psicoanálisis, el cual propone
que el hombre reacciona al medio únicamente influido por sus impulsos, sus
instintos, los cuales a su vez responden a la necesidad por el placer sexual.
A continuación, llego el turno de
la intervención de Adler, el cual sin desmerecer en lo absoluto y destacando a
Freud y todo su aporte al psicoanálisis, presentó una nueva teoría la cual
proponía que el hombre a demás de responder a sus impulsos de naturaleza
sexual, poseía una parte que respondía al deseo de aceptación social en el
medio en el cual se desenvuelve.
Esta nueva visión del
psicoanálisis agrado a muchos de los presentes, y Freud que no quería perder el
favor de sus adeptos, y en contra totalmente de las nuevas teorías propuesta,
pidió pasar al estrado a un científico reconocido y con experiencia el Doctor
Jung, pretendiendo que este saliera a favor de Freud y terminaran rápidamente
con la polémica en el congreso.
Sin embargo, Jung con toda su
experiencia, decidió alagar tanto a Adler como a Freud, y “lavándose las
manos”, simplemente propuso la complementariedad de las dos teorías. Esta
intervención no ayudó para nada a los fines de Freud quien una vez más tuvo que
pedir la intervención de otro científico, pero esta vez, a diferencia del
experimentado señor Jung pidió pasar al estrado nada más ni menos, que al joven
inexperimentado pero muy brillante Viktor Frankl.
Llego el turno de Frankl de pasar
al estrado, en un principio utilizó la misma táctica de Jung, pero al ver la
reacción des aprobante de los presentes, quienes consideraban que si bien un
experimentado como Jung podía “darse el lujo” de lavarse las manos simplemente,
este joven por el contrario tendría que poner las manos en el fuego y
sorprender a todos con su intervención.
Frankl finalmente superó el
nerviosismo inicial, y presentó una teoría que sorprendería totalmente a todos,
este joven proponía que si bien el hombre tiene una parte impulsiva que
responde únicamente a sus instintos sexuales (Freud) y una parte que busca el
poder destacar socialmente (Adler), lo más importante, lo que mueve
verdaderamente el obrar de una persona a través de su vida y trasciende más allá de su muerte y su existencia
terrenal, es su espiritualidad, su ser interior y el significado de “Dios” y la
“eternidad”.
Desde mi punto de vista no solo
la de Frankl, sino muchas otras teorías de la psicología han superado
ampliamente a las de Freud, que si bien el es uno de los grandes referentes de
la historia de la psicología, la psicología es una ciencia que como todas, va
evolucionando y enriqueciéndose con el pasar de los años, por lo que una teoría
ampliamente aceptada en estos tiempos, posiblemente en pocos años no lo sea. Si
bien Frankl superó a Freud, muchos otros también superaron a Frankl, y seguirá
siendo así mientras la psicología exista.
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